COCINA
INTERNACIONAL
COCINA ÁRABE
AR-RUZZ
El arroz
Ar-ruzz
El arroz
Ingredientes:
(para 4 personas)
- ½ kg de
arroz blanco y largo (aproximadamente 2 vasos grandes)
- 2 vasos
de caldo colado de pollo o de carne (la cantidad de líquido debe ser la misma
que de arroz)
Elaboración:
Solo con estos dos ingredientes se prepara el auténtico
arroz árabe. Ponga el caldo, previamente colado, en una olla de fondo mediano,
a fuego intenso.
Mientras, lave el arroz, 3-4 veces con agua y escúrralo.
Eche el arroz en el caldo y repártalo uniformemente. Al
cabo de 5 minutos, rebaje el fuego al mínimo y siga la cocción 10-12 minutos o
hasta que el líquido quede totalmente absorbido por el arroz.
Retire del fuego y deje reposar 3-5 minutos. Sirva inmediatamente,
caliente.
SUGERENCIAS:
No
siempre se dispone de caldo, en ese caso se puede sustituir por agua. Se pone agua
a fuego intenso y se añade una cucharada grande de samneh, una cucharada
mediana de sal y una pizca de azafrán en polvo o cúrcuma. Una vez disueltas las
sustancias en el agua, que adoptará un color ligeramente amarillento, se siguen
los pasos de la receta. En realidad este es el arroz cotidiano y casero en todo
el mundo árabe-musulmán. Ahora bien, en los banquetes, eventos o simplemente en
una reunión no habitual de amigos, este arroz clásico, tanto si está hecho con
caldo como con agua, a la hora de servirlo siempre se habrá adornado con una
capa de almendras y piñones (especialidad de jordanos y palestinos), con pasas
(los iraquíes), con pistachos (los sirios), con carne picada (egipcios y
sudaneses), con pasas y ciruelas (tunecinos, marroquíes y argelinos) o con
carne picada sofrita y cardamomo tostado o molido (los yemenitas).
Hubo
un tiempo en que se rumoreaba que algún príncipe de los países ricos del Golfo
pulverizaba el arroz con oro en polvo. Yo personalmente no lo he visto, pero conociendo
las excentricidades de los emires, no me extrañaría nada. Conocí a uno de
tantos miles de emires árabes que pululan por el mundo (quiero decir que no es
ninguna
gran hazaña encontrarse con uno de ellos), quien estuvo ingresado en el hospital
donde yo trabajaba. Era un gran bebedor y, como es sabido, los enfermos ingresados
en un hospital no pueden, ni los médicos les dejan, tomar una gota de alcohol.
El emir enviaba a su enfermera privada a comprarle varias cajas de perfume del
mejor que había en el mercado y que, según decía, era para regalar a las enfermeras
del hospital. Pues bien, al cabo de una semana la enfermera privada ya
había
comprado decenas de frascos de perfume y ninguna enfermera del hospital había
recibido ni uno. Fue precisamente este último detalle el que puso en evidencia las
excentricidades alcohólicas del emir. ¡Ya podéis imaginar qué hizo nuestro
príncipe
con tantos frascos de perfume! Pues cada día se bebía unos cuantos con unos
cubitos de hielo. En la clínica, los médicos «amablemente» le llamaron la atención
sobre la peligrosidad del ingrediente. Él refunfuñó y aseguró que no ocurriría
nada importante, porque «yo y mis paisanos de la zona estamos habituados a
hacerlo en los tiempos en que el gobierno se pone "pesado" y aumenta
las medidas de vigilancia sobre el alcohol, pero afortunadamente el exceso de
celo de nuestro sabio y misericordioso gobierno no acostumbra a durar mucho
tiempo».
Por
cierto, y para terminar, se sabe que los países del golfo arábigo, «paladines del
Islam», son los más grandes importadores de perfume del mundo.
SALAH JAMAL
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