COCINA
INTERNACIONAL
COCINA ÁRABE
UN POCO DE
HISTORIA Y COSTUMBRES
EL MJADARAH
Arroz con lentejas
En
realidad, el mjadarah es un plato de origen persa, que fue muy conocido en la
época medieval con otros nombres. En la actualidad, según en qué regiones y países,
también se conoce con varias denominaciones; por ejemplo, en Egipto lo llaman kushary,
en Siria mudardara...
Este
plato se elabora, con ligeras variaciones, en países no árabes del
Mediterráneo.
El
mjadarah es el plato de los pobres por excelencia. Se popularizó en el mundo árabe
en los años cuarenta y cincuenta, como consecuencia de las sucesivas guerras y migraciones.
La facilidad de su conservación y del transporte de sus materias primas ayudó a
difundirlo, sobre todo en períodos de conflictos sociales y guerras. Los palestinos,
debido a su condición de refugiados y errantes permanentes, fueron los auténticos
protagonistas de la buena elaboración y difusión de este plato en el mundo
árabe. La ONU consolidó este detalle a través de sus ayudas a los refugiados
palestinos
con alimentos no perecederos, que consistían, precisamente, en las materias
principales del mjadarah, el arroz y las lentejas.
Un
invitado a la mesa de un árabe jamás será agasajado con un plato de mjadarah,
hecho que sin duda se consideraría una ofensa. Ahora bien, si el invitado solicita
al anfitrión, precisa y anticipadamente, un plato de mjadarah, ello significa mutua
confianza, reclamo de austeridad y confesión tácita de humildad por parte del invitado.
Recuerdo
de mis viajes a Oriente Medio la perplejidad dibujada en la cara de mis
anfitriones al solicitarles, de antemano, dicho plato. Como es sabido, los que regresan
a sus países de origen tras una temporada de ausencia, siempre se atiborran de
platos nostálgicos, caprichosos, que suelen ser platos populares. El anfitrión
árabe, en este caso puntual, es consciente del anhelo y la añoranza de su
invitado, y por ello accede a tal capricho, pero en ningún caso se olvida del
proverbio árabe que viene a decir «la nobleza del árabe se detecta por la mesa
que ofrece al huésped». Por tanto, si en algún caso ofreciera el mjadarah, este
sería considerado un plato marginal o un capricho en medio de infinidad de
otros platos variados.
Sinceramente,
de puertas adentro, el mjadarah no es un plato secundario, sino un plato
principal y alimento habitual para una inmensa mayoría de la población árabe. A
menudo este plato es utilizado con fines políticos por cualquier jefecillo árabe
que quiere ganarse el favor de las masas. Así pues, se puede ver a menudo a
los
líderes árabes aireando públicamente su «humildad», degustando un plato de mjadarah.
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