COCINA INTERNACIONAL
COCINA ÁRABE
UN POCO DE HISTORIA Y COMENTARIOS
RUZZ BI-HALIB
Arroz con leche
«¡Arroz!,
lo que quieras y más; ¡leche sola!, ni hablar. Ahora bien, si quieres arroz con
leche, de acuerdo, enseguida lo preparo.» Esto era lo que decían a menudo las
madres a sus hijos, cuando les solicitaban un poco de leche para beber. En los medios
urbanos, durante los difíciles años cincuenta y sesenta, la leche era algo más
que
un lujo, en realidad era una auténtica medicina y la tomaban exclusivamente los
enfermos de elevado rango social. Algún ingenuo preguntará: Y los niños ¿qué desayunaban?;
cada día, y hasta los cinco años, se alimentaban básicamente de leche materna.
A partir de esta edad, e incluso antes, empiezan a comer lo mismo que los mayores.
Cada día, con el desayuno y a la hora de cenar tomaban, y aún lo hacen, 2-3 tazas
de té.
Hubo
días, sobre todo durante las revueltas populares de los años sesenta, en los
cuales los gobiernos árabes y la UNRWA15 repartían, para contentar a la población,
leche en polvo a los escolares. De aquella leche, treinta y cinco años después,
aún recuerdo su repugnante sabor. No obstante, bajo la amenaza de los maestros
nos tomábamos aquella cosa que después nos enfermaba a todos.
Solo
recuerdo vagamente una ocasión en que mi familia compró leche para beber. Fue cuando
el barbero practicó el thur (circuncisión) a mi hermano pequeño.
Lloraba
a rabiar de tanto dolor, pero estaba inmensamente feliz, sobre todo por los regalos
que recibía con motivo de tal evento, y ¡ah!, tomaba leche fresca de cabra debido
a que mi madre (igual que todas las madres) no podía amamantar a un niño encamado.
Ante
tal agasajo, lógicamente, ningún niño hubiese querido recuperarse. Así pues, el
tiempo de convalecencia dura, exageradamente, más de un mes, durante el cual el
niño circunciso no para de recibir obsequios: la mejor comida, la mejor bebida,
la mejor ropa y también las peores envidias por parte de los otros niños.
Una
vez que los padres deciden poner fin a ese excesivo mimo, empiezan a convencer
al niño de que ya es un hombre y de que los mimos son para los más pequeños.
Por regla general, el objetivo de los padres no se consigue por la tabarra que
dan al niño, sino por las incesantes burlas (en el fondo no son más que
envidias) de los otros niños, los cuales le atormentan diciéndole que es un
niño mimado, que es débil como las niñas, o porque necesita leche igual que los
recién nacidos. El niño finalmente reacciona y aparentemente dejan de gustarle
todas las cosas que solo horas antes le entusiasmaban. Entonces comienza a imitar
a los hombres, a ponerse pantalones largos, a hacer recados, a proteger a las
hermanas, a comer y beber comolos hombres. Los hombres beben té y nunca leche;
por supuesto, el niño también.
Entonces
¿qué?, ¿los árabes nunca consumen productos lácteos? Claro que sí y mucho, pero
en conserva (quesos confitados) o cocidos (postres, como el arroz con leche).
Este último plato es tan antiguo como el arroz; fue muy conocido por los hindúes,
persas, árabes, griegos, etc., y se elabora de mil maneras. La receta árabe
(actualizada)
exige mucha paciencia, y es la siguiente:
Ruzz bi-halib
Arroz con leche
Ingredientes:
(para 8-10 personas)
- 8 vasos
de leche
- 1 vaso de
arroz de grano mediano
- 1 vaso de
azúcar
- ½
cucharadita de mistaka, granitos imprescindibles, con poder espesador y aromático.
Se venden en tiendas de productos orientales.
- ⅓ vaso de
agua de azahar
- Canela en
polvo
- Miel
- ½ vaso de
pistachos no salados y machacados (opcional)
- Coco
rallado (opcional)
- Trocitos
de nueces caramelizadas (opcional)
- Los
ingredientes opcionales confieren categoría al plato.
Elaboración:
Limpie bien el arroz y déjelo en remojo en agua caliente
durante una hora.
Después escúrralo y póngalo en una olla con un vaso de
agua a fuego medio.
10 minutos más tarde, añada la leche y baje el fuego,
removiendo sin cesarccon una cuchara de madera durante ¾ de hora.
Añada el azúcar y siga removiendo.
Mezcle los granitos de mistaka con una cucharada de azúcar
y macháquelosvhasta convertirlos en polvo. Entonces añádalos a la olla y siga
removiendo 5vminutos más.
Agregue el agua de azahar y siga removiendo 2 minutos más.
Retire la olla del fuego e inmediatamente vierta el cocido en platos pequeños y
ligeramente hondos o en tarrinas.
Deje enfriar y después póngalos en la nevera durante 3 horas como
mínimovantes de degustarlos.A la hora de servirlos, por supuesto fríos, riegue
la superficievde los platitos con hilillos de miel y espolvoréelos con
pistachos, coco, canela y,vfinalmente, adórnelos con trocitos de nueces
caramelizadas.
VERSIONES:
Existen
diversas variaciones de esta receta, tan conocidas como la original, en todo el
mundo árabe.
Mhalabieh
Mhalabieh
maa burtuqal (con naranjas)
Antes
de verter el cocido de la mhalabieh en los platitos, se pone una capa de zumo
de naranja cuajado con un poco de almidón.
SALAH JAMAL
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