COCINA
INTERNACIONAL
COCINA ÁRABE
UN POCO DE
HISTORIA Y COMENTARIOS
ZAGHALIL O HAMAM MAHSHI
Paloma rellena
Es
un plato muy prestigioso en todo el mundo árabe-musulmán, debido a que el
profeta Mahoma bendijo esta ave y él mismo tuvo un palomar. Así pues, es muy difícil
encontrar a un musulmán que no haya tenido, en alguna ocasión, un palomar en la
azotea de su casa.
Hace
30 años que no como carne de paloma. La última ocasión en que lo hice fue
horrible. En mi primer viaje hacia Europa, nuestro barco hizo una escala en el puerto
de Génova. Otro compañero de viaje, de nacionalidad egipcia, y yo, aprovechamos
las pocas horas de escala y fuimos a pasear por las cercanías del puerto.
Llegamos a una plaza donde había centenares de palomas sin dueño y de todos los
colores. Mi compañero, más novato que yo, me dijo que estaba harto de las latas
de habas que le había preparado su madre para el viaje. Yo no estaba menos harto
de mis latas de sardinas. Por consiguiente, no le costó mucho trabajo convencerme
de robar una paloma de la plaza. Lo hicimos y la llevamos al barco, por
cierto,
de nacionalidad turca.
Conseguimos
la colaboración de un ayudante de cocina para la cocción del ave.
No
teníamos ni idea de la clase de carne que teníamos entre las manos. Empezamos a
cocinar aquel bicho. No hubo manera. Después de 5 horas de cocción con agua hirviendo
y de que el tenedor se incrustara en la carne de la paloma, esta estaba más
dura
que una piedra. El supuesto cocinero ya estaba harto y nos convenció fácilmente
de que debía parar de gastar tanta energía, por miedo a que el gran buque se
quedara sin ella. En cuanto acabó de decir tamaña tontería, el buque se averió;
entonces, el «cocinero» se asustó y pareció que se creía su propia patraña. Nos
entregó la olla y nos empujó fuera de la cocina, hacia un pequeño almacén. No
volví
a
ver a aquel personaje en todo el viaje. Después supimos que aquel cateto
hacía,como nosotros, su primer viaje y que solo hacía dos días que había
abandonado por primera vez su pueblo natal, ubicado en la Anatolia profunda
(Turquía).
¡Ah!,
confieso que comimos la paloma, y a raíz de eso pasamos tres días en las literas
del barco sin poder movernos, a causa del dolor de estómago que tuvimos por culpa
de aquella carne indigesta.
En mi memoria solo retengo el gusto de la carne de la paloma de Génova;
en cambio, de las del mundo árabe ya no me acuerdo de nada. Ahora bien, sé que
me gustaban.
No
hay ninguna diferencia con el plato anterior, incluso se puede reducir el tiempo
de la cocción a una hora justa, más los 15 minutos para dorarlo. Se come con yogur.
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